Un rodillo de ciclismo es un dispositivo que convierte una bicicleta de montaña o de carretera en una bicicleta estática. De esta manera permite que podamos continuar con el entrenamiento habitual bajo techo, sin que el frío, la lluvia o un confinamiento nos impida pedalear.
En el mercado existen rodillos para todos los gustos y todos los bolsillos, si estás pensando en comprar un rodillo, es este artículo te explicamos los distintos tipos, sus características y ventajas o inconvenientes de uso para que puedas elegir el que más se ajuste a tus necesidades.
Rodillo de rulos
El rodillo de rulos o tradicionalmente también llamado rodillo de equilibrio, es el rodillo más sencillo en cuanto a su construcción, está formado por 3 rulos colocados sobre una plataforma y una correa que transmite el movimiento.
Este rodillo no cuenta con ningún punto de apoyo para la bicicleta, por lo que para aprender a usarlos necesitaremos de un pequeño periodo de aprendizaje para mantener el equilibrio y no caernos. Recomendamos colocar el rodillo entre dos sillas, de este modo tendremos un punto al que sujetarnos en caso de perder el equilibrio.
Estos rodillos no ofrecen resistencia, si queremos realizar más o menos esfuerzo durante el entrenamiento tendremos que hacerlo mediante el ajuste del desarrollo de la propia bicicleta.
Aunque su uso precise de un poco más de destreza y concentración, el entrenamiento con este tipo de rodillo es el que más se asemeja al entrenamiento realizado sobre la bicicleta al aire libre, en el que no sólo intervienen las piernas si no también la fuerza abdominal y el equilibrio.
El rodillo de rulos permite el uso con cualquier tipo de bicicleta y no afectará al estado del cuadro al no tener ningún tipo de sujeción sobre él. Son los rodillos elegidos por los ciclistas para calentar antes de las carreras.
Existen rodillos plegables, de menor tamaño, especialmente diseñados para calentar antes de las carreras y competiciones, se pliegan fácilmente para ser transportados con comodidad.
Dentro de los rodillos de rulos, también existen los rodillos con soporte frontal, con ellos podrás entrenar sin necesidad de mantener el equilibrio gracias a la sujeción del eje de la rueda delantera. La rueda trasera queda suelta y proporciona un pedaleo más realista.
Rodillo fijo
El rodillo fijo o a la rueda, este tipo de rodillo es el más fácil de usar, sólo hay que sujetar la bici con el eje trasero y empezar a pedalear.
Antes de comprar este tipo de rodillo debemos comprobar la compatibilidad del mismo con el eje pasante de nuestra bicicleta. En muchos casos incluyen adaptadores o se puede compra el adaptador compatible.
Los rodillos a rueda tienen un cilindro sobre el que se apoya la rueda trasera y que permite variar la resistencia durante el entrenamiento. Dentro de este tipo de rodillos encontraremos rodillos a rueda que generan la resistencia gracias a imanes, fluidos o tensores.
Con estos rodillos podremos realizar entrenamientos mucho más intensos y con mayor requerimiento de fuerza, pero no debemos abusar de los tramos de pie para evitar que sufra el cuadro.
Los rodillos de imanes son más ruidosos y aunque permiten entrenamientos de alto nivel, su uso se asemeja al de las bicicletas estáticas.
Los rodillos de fluidos son menos ruidosos y permiten un pedaleo más suave.
Necesitaremos el uso de un calzo o soporte para la rueda delantera y al igual que con el rodillo anterior también se recomienda el uso de cubierta para rodillo.
Rodillo de transmisión directa
Los rodillos de transmisión directa son de los más sofisticados, en ellos se quita la rueda trasera y se conectan directamente a la transmisión de la bici, el rodillo incorpora su propio cassette.
Este tipo de rodillos permite entrenamiento con más resistencia, mayor desnivel, mejor rendimiento, apenas hace ruido y casi todos los modelos incorporan sistemas inteligentes.
Al comprar este tipo de rodillos debemos tener en cuenta tanto el eje como la transmisión, deben ser iguales. Algunos modelos de rodillos incluyen los adaptadores.
Todos los fabricantes recomiendan el uso de cubiertas específicas para rodillos con la presión máxima recomendada.
Aunque la mejor opción siempre es entrenar al aire libre, mejor que quedarse sin entrenar es poder contar con un rodillo para poder seguir entrenando en casa hasta que las circustancias permitan volver salir a la calle.
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