Mantenimiento de los mandos de cambio de la bicicleta de montaña

Los mandos de cambio junto con el desviador delantero de la bicicleta de montaña son, por excelencia, los marginados de la mayoría de las transmisiones de bicicleta de montaña en lo que a mantenimiento se refiere. Si bien su funcionamiento es bastante sencillo, y no tienen un papel de igual protagonismo al que representan por ejemplo, el cambio trasero, también son elementos culpables de que la transmisión de nuestra bicicleta funcione con la mismísima precisión que un reloj suizo. Llegados a este punto, ¿Por qué no prestar a estos elementos la atención y cuidados que merecen? En esta nueva entrega de nuestro blog hablaremos de cómo realizar el mantenimiento de las manetas de cambio de nuestra bicicleta mtb, algo sencillo que podrá realizar cualquier ciclista sea del nivel que sea y que alargará la vida útil de nuestros pulsadores considerablemente. Además contribuiremos a que la precisión de la transmisión de nuestra bicicleta sea igual que el primer día.

En primer lugar comenzaremos hablando de los dos tipos de pulsadores que dominan actualmente el mercado y en el que los dos titanes del sector de los componentes como son, Shimano y Sram, mantienen un pulso constante por ver quien se lleva el gato al agua. Por parte de Sram encontramos el pulsador de gatillo tradicional, y el pulsador de puño GripShift. Este último posee un sistema de rodamientos sellados que lo hace implacable ante los fenómenos externos y aporta una fiabilidad absoluta. En el otro lado de la balanza de la fiabilidad tenemos su precio, ya que montar un mando de cambio Gripshift, obliga a montar una transmisión Sram, lo que se traduce en un mayor coste en comparación con otras transmisiones.

Ilustración 1 Mandos de cambio Gripshift fabricados por Sram

En el extremo opuesto a Sram tenemos a Shimano, que apuesta por seguir su tradicional sistema de gatillo que actualmente viene montado en la gran mayoría de las bicicletas, y será en el mantenimiento de este tipo de mandos, en los que nos centremos en este artículo.

A favor de los mandos de cambio Shimano comenzaremos diciendo que están diseñados para aguantar vientos y tempestades, y que su fiabilidad está avalada por muchos años de buen funcionamiento en bicicletas de todo el mundo, pero esto no los hace infalibles al paso del tiempo y de los elementos adversos, que pueden llegar a penetrar en su interior y corroer su mecanismo.

Por este motivo conviene realizar un mantenimiento interior de los mandos de cambios cada aproximadamente 2 meses, y deberemos acortar este periodo de tiempo cuando se practique el ciclismo de montaña en lugares con mucha salitre o en épocas del año en que las lluvias y el barro toman el protagonismo de nuestras rutas en bicicleta.

El primer paso para realizar el mantenimiento de nuestros mandos de cambio será tomar una referencia de la posición y ángulo en el que estos se encuentran. El motivo no es otro que el de dejarlos en la posición inicial al término del mantenimiento y no notar ningún tipo de incomodidad en la siguiente ruta. Para ello, nos podremos ayudar de un nivel y medir el ángulo en el que los manos quedan, o más sencillo aún, fijarte en que posición y a qué altura queda el tornillo de la abrazadera que sujeta el mando al manillar. Si utilizas este último método te recomiendo realizar una fotografía y así no darás lugar a que la memoria te juegue una mala pasada al terminar.

Una vez tomada la referencia de posición de los mandos, habrá que aflojar el tornillo de la abrazadera que sujeta el mando de cambio al manillar, a fin de poder trabajar cómodamente. Acto seguido hay que aflojar el tornillo o tornillos (Según el modelo) que unen la tapa al mando de cambio y su mecanismo quedará al descubierto.

Ilustración 2 Se observa en cada mando el tornillo que se debe aflojar

Ilustración 3 Mecanismo del pulsador de cambio una vez retirada la tapa

A continuación hay que retirar toda suciedad o restos que se encuentren en su interior, desde polvo y agua hasta restos de cualquier otro lubricante que hayan podido quedar solidificados en el interior. Para ello podremos ayudarnos de un compresor de aire, sin aplicar demasiada presión o de una broca y cualquier otro elemento de punta fina que nos permita retirar la suciedad en los puntos de difícil acceso.

Llegados a este punto es el momento de lubricar el interior del mecanismo y protegerlo para el futuro, para ello es recomendable usar un lubricante provisto de teflón, cuya principal virtud es la de eliminar la humedad y evitar que la suciedad y el polvo se adhieran. Para la lubricación te recomendamos el lubricante Boeshield T9 que podrás encontrar en nuestra página web a un precio inmejorable y cuyas innumerables características te mencionamos en el siguiente enlace ( Lubricante Boeshield T9. De la aeronáutica a tu bicicleta ) . Durante el empleo del lubricante es apropiado accionar la maneta de cambio en ambos sentidos con el fin de que este penetre en el mecanismo y en el cable de cambio lo máximo posible.

Ya solamente quedará montar de nuevo la maneta de nuestra bicicleta, la cual estará lista para darte fiabilidad y precisión durante miles de kilómetros. Como podrás observar es un proceso rápido y fácil que nos puede ahorrar más de un disgusto por problemas de funcionamiento de la transmisión durante una ruta.

En nuestro blog podrás encontrar muchos más consejos como éste así como estar a la última de todo lo que acontece en el mundo del ciclismo… ¡No dudes en leernos!

Fotografía portada propiedad de Revista Bikes World 

Pedro J. Maldonado.

www.bikepolis.com, especialistas en accesorios para bicicletas y cubiertas mtb

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